18 abr 2010

"American spiritual", Dirty Sweet (2010)






Hace tres años, un grupo de San Diego llamado Dirty Sweet, supuso una de las novedades más atractivas de esos momentos. “Of Monarchs and Beggars”, su debut, era un compendio entre el rock clásico y el hard rock más guitarrero. En ese abanico musical había espacio para el blues o el glam, todo ello perfectamente mezclado y alejado de clichés agotados o “poses” más o menos artificiales. En definitiva, era el anticipo de un grupo que daba síntomas claros de talento.

Por fin ha llegado el momento de corroborar , por medio de su segundo álbum, todas las expectativas creadas. Visto el resultado final surgen algunas dudas que no ponen en entredicho su calidad musical pero que talvez no llegan a cumplir las sospechas que muchos habían puesto en la banda.

“American spiritual” en vez de ahondar en el sonido que había ofrecido anteriormente opta por tomar un camino algo diferente. Por una parte se amplían un tanto las referencias, apareciendo el country y el folk. En principio nada de todo esto es malo, al contrario, lo que sucede es que a la hora de plasmarlo por medio de la producción el desenlace es demasiado “limpio”. Las guitarras pierden algo de contundencia y se centran en conseguir melodías más inmediatas. No se puede decir que sea un disco malo, ni incluso mediocre, simplemente no parece ser el ambiente en el que mejor se desenvuelva el grupo.

Lo dicho afecta al aspecto formal. Respecto a la idea que hay detrás de las canciones también se han esmerado en dar otra orientación al disco. Sin llegar a ser un álbum conceptual si tiene una argumentación común, centrada en la situación de crisis que se vive tanto en su país como en el mundo en general. Las letras son algo más reflexivas, encargadas de mostrar la realidad y dar una brizna de esperanza por medio de la música.

El inicio con “Rest sniper, rest” tira de fuerza, los cambios de ritmos habituales continúan y la voz de Ryan Koontz suena más chillona y aguda, cosa para nada criticable, al contrario, es uno de los puntos fuertes del grupo. Pero ya se hace patente una diferente manera de tratar los temas, más producidos y ornamentados. “You’ve been warned” consigue una melodía muy atractiva de mucho ritmo con ayuda de los coros. “Star-spangled glamour” es un tema de influencia glam, que acaba sonando algo saturado debido a la mezcla de acústicas y eléctricas algo deslavazada. “Please beware” es un tema bastante flojo que transita por los caminos del hard rock pero debido, sobre todo, a un estribillo muy comercial suena bastante descafeinada.

En cambio, en canciones como “An empty road” dan señales de un gran talento para los medios tiempos. Precisamente cuando suenan menos inmediatos consiguen unos réditos mucho más rentables. Cosa patente en la bonita “Marionette”, de ritmo más oscuro. De “American spiritual” se podría decir algo parecido, una especie de folk-gospel que en todo momento da la sensación de poder alcanzar mejores cotas si no estuviera tan tratada.

Estamos por lo tanto ante una pequeña decepción, a pesar de ser un buen disco, sobre todo porque queda en evidencia que son capaces de sonar mucho mejor que en este nuevo trabajo, demasiado centrado en crear un sonido muy trabajado donde no parece ser el mejor terreno en el que se desenvuelven. Escuchando las propias declaraciones del grupo en las que reconocen que están trabajando en nuevas canciones y que serán totalmente diferentes a lo escuchado, no se sabe si estar esperanzados o asustados.