KEPA ARBIZU
Que las apariencias engañan, o pueden hacerlo a menudo, es algo que a estas alturas debería estar más que asumido. Un buen ejemplo es el de Paolo Nutini. Si a su nombre le añadimos su aspecto, un joven “guaperas” de ojos claros, nos puede llevar a equívocos respecto al sonido que desarrolla. Invirtiendo un solo segundo en escuchar su voz, reconoceremos rápidamente la fascinante herencia negra, concretamente del soul, que desprenden sus cuerdas vocales, como si de un Ben Harper con un tono más rasgado se tratase.
No es una novedad en su música las influencias mencionadas. Es cierto que tanto en su anterior trabajo como en su debut, este Caustic Love es su tercer disco, habían estado presentes, pero la manera de aparecer era siempre difuminadas en la búsqueda de otros objetivos, en definitiva, sin llegar a mostrarse con la intensidad y naturalidad con la que en esta ocasión se ha decidido a hacer.
Han pasado cinco años desde su anterior lanzamiento, Sunny Side Up. Un intervalo de tiempo que el propio músico ha explicado como un lapso de espacio necesario para aceptar y saber maniobrar la fama. Una decisión que viendo el resultado final es de agradecer. Su reflexión y posterior aterrizaje en el suelo ha dado vida a un relativo pero muy obvio y satisfactorio cambio sonoro. Para ese camino ha vuelto a contar con Daniel Castelar, pero esta vez en las funciones de co-productor, y se ha hecho acompañar de una larga lista de músicos.
El disco se va a convertir en una sucesión de referencias clásicas de la música negra, pero no tratadas como una mera recopilación de sonido vintage, sino manejándolas de una forma actual y sin perder la esencia. La parte más funk y agitada llegará con Scream (Funk My Life Up), un ritmo ágil y pegadizo, con aroma también a gospel, o Fashion, menos incisiva y en la que se incluyen los “rapeos”, perfectamente prescindibles, de Janelle Monáe. Se trata de composiciones que trasladan el influjo de gente como The Temptations o Curtis Mayfield al siglo XXI.
Pero el álbum, en esa carrera por atraer todo tipo de influencias, aporta un buen número de canciones que optan por sacar el lado más íntimo y rasgado del escocés. Y para ello, por ejemplo, va a atreverse a versionar Let Me Down Easy, a la que incorpora la propia voz en sampler de Betty Lavette, o acercarse a los caminos de Sam Cooke en la románticamente intensa One Day. No va a faltar tampoco el aroma a Nueva Orleans por medio de Numpty; canciones para arrancarse la camisa como el baladón Better Man, a lo Otis Redding, o la sobrecogedora y profunda Iron Sky, en la que se cuelan fragmentos de El gran dictador de Charles Chaplin. Todo ello regado con algunos arranques de rock intenso como los que se cuelan por Cherry Blossom.
Observando la corta trayectoria de Paolo Nutini es fácil darse cuenta de que sigue en busca de su sitio y de su estilo. Pero desde luego con este Caustic Love parece haber encontrado tierra. Sus cualidades para jugar con ese tono negro que tiene su voz parecen mejor explotadas que nunca en un disco que actualiza las influencias clásicas de los sonidos como el soul o el funk de manera muy notable. Esperemos que su búsqueda haya terminado y sólo quede ahondar en este camino. Si es así podemos estar ante algo realmente serio.
Escrito originalmente para: http://www.paisajeselectricos.com/2014/04/24/caustic-love-de-paolo-nutini/