KEPA ARBIZU
Dan Auerbach a este paso va a tener que ser nombrado como el estajanovista del rock. Mientras que otros músicos espacian sus creaciones en grandes periodos de tiempo, él, en el último año ha sacado un disco en solitario, ha participado con su compañero de grupo en un proyecto de hip-hop llamado Blackrock y ha colaborado en varios discos, produciendo el último de Dr. Dog y componiendo parte del nuevo de Hacienda. Por si esto fuera poco, edita un nuevo álbum con su grupo, The Black Keys.
Lo primero que hay que advertir es que aunque el sonido de la banda no lo haga intuir, estamos ante un dúo. Dan Auerbach y Patrick Carney han logrado conformarse como una de las bandas de blues-rock más solventes y especiales. De hecho sus cuatro primeros discos, entre los que destaca el descomunal “Rubber factory”, demuestran que han aprendido e interiorizado a la perfección la herencia de Jimi Hendrix.
Un punto de inflexión supuso la colaboración con Danger Mouse, afamado productor de sonidos más modernos que en este caso estuvo en los mandos de su anterior disco “Attack & release”. Su presencia trajo como consecuencia sacar de la ortodoxia “setentera” en la que estaban instalados. El resultado conseguía abrir el abanico, y añadiendo instrumentos y sonoridades, conseguía un trabajo con un sonido menos clásico y minimalista.
Aunque para su nuevo disco, “Brothers”, se haya publicitado que continúa esta colaboración, en verdad sólo está detrás de “Tighten up”. Un buen tema de soul-funk actualizado, del mismo estilo que “Everlasting light”, y donde se ve la influencia del productor y el sonido que lleva a cabo con su conocido proyecto Gnarls Barkley.
Todo el resto de las canciones están producidas por el propio grupo y grabadas, buena parte de ellas, en los míticos Muscle Shoals, estudios que debido a su historia (lugar por el que han pasado Aretha Franklin, Bobby Womack, Wilson Pickett, etc..) parecen impregnar a todos los que por allí pasan, tal y como les sucediera a Lucero en su último disco, del espíritu soul.
El disco continúa la senda del anterior en cuanto a seguir aireando su sonido con influencias menos habituales hasta entonces pero trabajadas según su propia idiosincrasia, sin ingerencias externas. De ahí seguramente la leyenda que acompaña a una sobria portada completamente negra, “This is an album by The Black Keys”.
Temas como “Next girl” o “She’s long gone” dejan bien a las claras que la influencia del rock de los setenta sigue muy presente. La primera con pura esencia Hendrix y la otra más cercana a las composiciones de otro dúo talentoso, The White Stripes. “Sinester kid” todavía se acerca más al blues clásico, y la ración de guitarreo psicodélicollega de la mano de “Black Mud”.
También hay lugar para melodías y estilos hasta ahora casi inéditos en la banda. Sorprende el ritmo de glam a lo Gary Glitter que tiene “Howlin’ for you”, y que fusionado con los modos habituales del grupo crea una mezcla muy rítmica. “The only one” cantada con falsete recrea una ambientación onírica. “Too afraid to love you” es una de las canciones más extrañas de todas, cosa que no la hace menos atractiva, al contrario. Misteriosa y embrujadora amplía la sonoridad con instrumentos tipo clavicordio.
Pero por lo que llama la atención este disco, como ya quedó claro antes, es por la aparición del soul y su importancia a lo largo de las canciones. Disuelto de manera menos evidente o apareciendo claramente, es una referencia patente en “Brothers”. Curiosamente es con el final del trabajo cuando se hace notar con rotundidad. En “The go getter” lo hace con apariencia de funk, en "I’m not the one", en cambio, de una forma arrollldora, con un tono profundo y perfectamente interpretado por Dan Auerbach. “Unknown” es otro tema fantástico con la forma de soul sureño que queda engrandecido por la versión de Jerry Butler que interpretan, “Never gonna give you up”. El punto y final lo pone la sentida y grandilocuente “These days”.
Por si había alguna duda Dan Auerbach se postula como uno de los genios actuales del rock y The Black Keys como una de las bandas más interesantes. “Brothers” les sirve para hacer una biografía del sonido negro y manteniendo su esencia, presentarlo en una perfecta envoltura actual.
Escrito originalmente para:
http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article15430
Dan Auerbach a este paso va a tener que ser nombrado como el estajanovista del rock. Mientras que otros músicos espacian sus creaciones en grandes periodos de tiempo, él, en el último año ha sacado un disco en solitario, ha participado con su compañero de grupo en un proyecto de hip-hop llamado Blackrock y ha colaborado en varios discos, produciendo el último de Dr. Dog y componiendo parte del nuevo de Hacienda. Por si esto fuera poco, edita un nuevo álbum con su grupo, The Black Keys.
Lo primero que hay que advertir es que aunque el sonido de la banda no lo haga intuir, estamos ante un dúo. Dan Auerbach y Patrick Carney han logrado conformarse como una de las bandas de blues-rock más solventes y especiales. De hecho sus cuatro primeros discos, entre los que destaca el descomunal “Rubber factory”, demuestran que han aprendido e interiorizado a la perfección la herencia de Jimi Hendrix.
Un punto de inflexión supuso la colaboración con Danger Mouse, afamado productor de sonidos más modernos que en este caso estuvo en los mandos de su anterior disco “Attack & release”. Su presencia trajo como consecuencia sacar de la ortodoxia “setentera” en la que estaban instalados. El resultado conseguía abrir el abanico, y añadiendo instrumentos y sonoridades, conseguía un trabajo con un sonido menos clásico y minimalista.
Aunque para su nuevo disco, “Brothers”, se haya publicitado que continúa esta colaboración, en verdad sólo está detrás de “Tighten up”. Un buen tema de soul-funk actualizado, del mismo estilo que “Everlasting light”, y donde se ve la influencia del productor y el sonido que lleva a cabo con su conocido proyecto Gnarls Barkley.
Todo el resto de las canciones están producidas por el propio grupo y grabadas, buena parte de ellas, en los míticos Muscle Shoals, estudios que debido a su historia (lugar por el que han pasado Aretha Franklin, Bobby Womack, Wilson Pickett, etc..) parecen impregnar a todos los que por allí pasan, tal y como les sucediera a Lucero en su último disco, del espíritu soul.
El disco continúa la senda del anterior en cuanto a seguir aireando su sonido con influencias menos habituales hasta entonces pero trabajadas según su propia idiosincrasia, sin ingerencias externas. De ahí seguramente la leyenda que acompaña a una sobria portada completamente negra, “This is an album by The Black Keys”.
Temas como “Next girl” o “She’s long gone” dejan bien a las claras que la influencia del rock de los setenta sigue muy presente. La primera con pura esencia Hendrix y la otra más cercana a las composiciones de otro dúo talentoso, The White Stripes. “Sinester kid” todavía se acerca más al blues clásico, y la ración de guitarreo psicodélicollega de la mano de “Black Mud”.
También hay lugar para melodías y estilos hasta ahora casi inéditos en la banda. Sorprende el ritmo de glam a lo Gary Glitter que tiene “Howlin’ for you”, y que fusionado con los modos habituales del grupo crea una mezcla muy rítmica. “The only one” cantada con falsete recrea una ambientación onírica. “Too afraid to love you” es una de las canciones más extrañas de todas, cosa que no la hace menos atractiva, al contrario. Misteriosa y embrujadora amplía la sonoridad con instrumentos tipo clavicordio.
Pero por lo que llama la atención este disco, como ya quedó claro antes, es por la aparición del soul y su importancia a lo largo de las canciones. Disuelto de manera menos evidente o apareciendo claramente, es una referencia patente en “Brothers”. Curiosamente es con el final del trabajo cuando se hace notar con rotundidad. En “The go getter” lo hace con apariencia de funk, en "I’m not the one", en cambio, de una forma arrollldora, con un tono profundo y perfectamente interpretado por Dan Auerbach. “Unknown” es otro tema fantástico con la forma de soul sureño que queda engrandecido por la versión de Jerry Butler que interpretan, “Never gonna give you up”. El punto y final lo pone la sentida y grandilocuente “These days”.
Por si había alguna duda Dan Auerbach se postula como uno de los genios actuales del rock y The Black Keys como una de las bandas más interesantes. “Brothers” les sirve para hacer una biografía del sonido negro y manteniendo su esencia, presentarlo en una perfecta envoltura actual.
Escrito originalmente para:
http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article15430