KEPA ARBIZU
Si hubiera que definir a Tom Petty perfectamente se podría utilizar una expresión algo grandilocuente (aunque en este caso merecida) como la de leyenda viva de la música. Se trata de uno de los músicos que mejores palabras recibe tanto de sus compañeros de profesión como de los seguidores del rock. Esto es así debido a su gran labor a lo largo de los años. Su envidiable discografía, donde incluso en su trabajos menos reseñables se encuentran momentos más que estimables, es lo que hace de él uno de los referentes importantes en laa actualidad.
A lo largo de sus muchas grabaciones ha alternado la utilización de su banda, The Heartbreakers. Precisamente son 8 años los que han pasado desde la última colaboración entre ellos (“The last DJ”), aunque para ser más exactos habría que contabilizar la recuperación en 2008 de Mudcrutch, proyecto que sería germen de los “rompecorazones” y en la que ya se encuadraban Mike Campbell y Benmont Tench.
Resulta complicado comparar o relacionar este nuevo disco con todos los anteriormente realizados, básicamente por la sensación de libertad y espontaneidad que desprende "Mojo", del que fluyen todos los gustos e influencias de la banda sin necesidad de encorsetarse en un estilo determinado. Este hecho no parece haber sido entendido del todo y algunas de las primeras críticas no han sido del todo favorables.
Es la figura de Mike Campbell, guitarrista del grupo, la que destaca por encima de todo en esta nueva grabación. Acostumbrado a estar en segunda línea, su carrera vive grandes momentos, incluídas colaboraciones con gente tan importante como Johnny Cash o Bob Dylan, y empieza a verse recompensada con el reconocimiento a su talento con las seis cuerdas. De hecho son sus riffs y su ritmo el que marca el camino por el que se desenvuelven las canciones.
Es principalmente el blues el género que impera en los temas. Todo comienza con “Jefferson Jericho blues”, un acercamiento al estilo de la manera que lo haría Dylan en su época de "Higway 61 revisited". “Takin’ my time”, en cambio, opta por una forma de blues cercana a la escuela de Chicago. Más lento y denso suena en “Lover’s touch”. Por medio del manejo del slide de Mike Campbell se asoma a sonoridades más primigenias y pantanosas en “U.S. 41”.
Demostrando que se trata de un trabajo diverso y abierto al gusto y disfrute de la banda, no se estancan en un tipo determinado de composiciones. Así aparecen canciones con ambientes más campestres y psicodélicas como es el caso de “First flash of freedom”, en la que recuerda a otro grande del rock como Neil Young, o “The trip to pirate’s cove”. “No reason to cry” es un country-folk de ritmo lento y romántico perfectamente interpretado. Semejante en la forma es “Something good ”, con un tono algo más épico que le dota al tema de una forma muy especial.
Mayor dosis de ritmo tiene la incendiaria “I should have known it”, a medio camino entre Led Zeppelín y Black Crowes, soportada a base de crudos riffs. “Candy” es un boggie-rock y en “Let yourself go” el grupo y Petty se imbuyen del espíritu de Nueva Orleans, fundiendo el rock, el blues y el funk. La sorpresa llega con el ritmo de reggae que interpretan en “Don’t pull me over”.
“Mojo” es un disco sorprendente donde Tom Petty y The Heartbreakers dan una lección de cómo dejar fluir, sin complejos y sin ningún tipo de atadura estilística, su interpretación del rock y de las raíces de las que nace.
Si hubiera que definir a Tom Petty perfectamente se podría utilizar una expresión algo grandilocuente (aunque en este caso merecida) como la de leyenda viva de la música. Se trata de uno de los músicos que mejores palabras recibe tanto de sus compañeros de profesión como de los seguidores del rock. Esto es así debido a su gran labor a lo largo de los años. Su envidiable discografía, donde incluso en su trabajos menos reseñables se encuentran momentos más que estimables, es lo que hace de él uno de los referentes importantes en laa actualidad.
A lo largo de sus muchas grabaciones ha alternado la utilización de su banda, The Heartbreakers. Precisamente son 8 años los que han pasado desde la última colaboración entre ellos (“The last DJ”), aunque para ser más exactos habría que contabilizar la recuperación en 2008 de Mudcrutch, proyecto que sería germen de los “rompecorazones” y en la que ya se encuadraban Mike Campbell y Benmont Tench.
Resulta complicado comparar o relacionar este nuevo disco con todos los anteriormente realizados, básicamente por la sensación de libertad y espontaneidad que desprende "Mojo", del que fluyen todos los gustos e influencias de la banda sin necesidad de encorsetarse en un estilo determinado. Este hecho no parece haber sido entendido del todo y algunas de las primeras críticas no han sido del todo favorables.
Es la figura de Mike Campbell, guitarrista del grupo, la que destaca por encima de todo en esta nueva grabación. Acostumbrado a estar en segunda línea, su carrera vive grandes momentos, incluídas colaboraciones con gente tan importante como Johnny Cash o Bob Dylan, y empieza a verse recompensada con el reconocimiento a su talento con las seis cuerdas. De hecho son sus riffs y su ritmo el que marca el camino por el que se desenvuelven las canciones.
Es principalmente el blues el género que impera en los temas. Todo comienza con “Jefferson Jericho blues”, un acercamiento al estilo de la manera que lo haría Dylan en su época de "Higway 61 revisited". “Takin’ my time”, en cambio, opta por una forma de blues cercana a la escuela de Chicago. Más lento y denso suena en “Lover’s touch”. Por medio del manejo del slide de Mike Campbell se asoma a sonoridades más primigenias y pantanosas en “U.S. 41”.
Demostrando que se trata de un trabajo diverso y abierto al gusto y disfrute de la banda, no se estancan en un tipo determinado de composiciones. Así aparecen canciones con ambientes más campestres y psicodélicas como es el caso de “First flash of freedom”, en la que recuerda a otro grande del rock como Neil Young, o “The trip to pirate’s cove”. “No reason to cry” es un country-folk de ritmo lento y romántico perfectamente interpretado. Semejante en la forma es “Something good ”, con un tono algo más épico que le dota al tema de una forma muy especial.
Mayor dosis de ritmo tiene la incendiaria “I should have known it”, a medio camino entre Led Zeppelín y Black Crowes, soportada a base de crudos riffs. “Candy” es un boggie-rock y en “Let yourself go” el grupo y Petty se imbuyen del espíritu de Nueva Orleans, fundiendo el rock, el blues y el funk. La sorpresa llega con el ritmo de reggae que interpretan en “Don’t pull me over”.
“Mojo” es un disco sorprendente donde Tom Petty y The Heartbreakers dan una lección de cómo dejar fluir, sin complejos y sin ningún tipo de atadura estilística, su interpretación del rock y de las raíces de las que nace.
Escrito originalmente en:
http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article16309