1 feb 2011

Gareth Liddiard (The Drones), "Strange Tourist"


KEPA ARBIZU



Si tuviera que decir el grupo que más me ha impresionado a todos los niveles en los últimos años elegiría sin dudar a los australianos The Drones. Su rock abrasivo de chirriantes guitarras se nutre principalmente de los primeros Bad Seeds, The Scientists y demás representantes de las antípodas pero donde también flota la herencia del folk country más épico.

Otro de sus puntos fuertes es la manera de cantar de Gareth Liddiard. Capaz de sonar profundo y reflexivo, cosa a la que ayudan unos brillantes textos entre apocalípticos y de un romanticismo trágico, hasta dejarse las cuerdas vocales en sus chillidos (no recuerdo a nadie en directo derrochar tanta fuerza como a él). Todo ello fusionado en un marasmo musical de una brutalidad emotiva evidente.

Ahora el cantante llega con su disco en solitario, “Strange tourist”, y sostenido únicamente con su voz y guitarra. Lo curioso del tema es que las sensaciones que consigue con su grupo también las logra, por medio de otro camino, en formato individual. Para ello mantiene su peculiar forma de cantar y frasear dando forma a canciones largas y alambicadas.

En temas como el que da título al disco, saca a relucir toda la fuerza y tensión emocional que ha demostrado con su banda. Es capaz de casi recitar en “Highplains Mailman” o de cambiar de entonaciones, incluido el falsete, para crear una de sus típicas melodías incómodas en “You Sure Ain’t Mine Now”. “The Collaborator” contiene la melodía más romántica, dentro de las carcterísticas de Liddiard y justo todo lo contrario sucede con la tenebrosa “The Radicalisation Of D”, basada en el australiano David Hicks, detenido en la base de Guantánamo.

Todas ellas parecen ser creadas después de despojar de todo artificio y dejar en su esencia más pura la obra de músicos como Phil Ochs, Bob Dylan o Tom Paxton. Para aquellos que siempre quedan subyugados con el dramatismo y las pesadillas del grupo de Perth, este disco será una “buena” compañía, quizás para los que nunca han sintonizado con los australianos sea un disco realmente extraño, o tal vez no, nunca se sabe..