KEPA ARBIZU
Un crítico literario dijo una vez, respecto a la Beat Generation, que se habla de ellos mucho más de lo que se les lee. Una apreciación exacta y muy atinada que perfectamente puede ser extrapolable al caso de ZZ Top, un grupo con un nombre muy reconocible pero que al margen de alguna canción determinada y su curioso aspecto físico (esas prominentes barbas), no han tenido la atención que la calidad de su carrera merece.
Ahora, en pleno 2012, los tejanos vuelven a la carga, tras pasar 9 años desde aquel fallido “Mescalero”, para demostrar que éste también puede ser su tiempo tras haber dejado para la historia del rock discos como “Río Grande Mud” o “Tres Hombres”. Para esa misión han contado con una de las estrellas del “gremio” de los productores, Rick Rubin, ducho en estas tareas de reflotar a “viejas glorias” (Johnny Cash, Neil Diamond), con éxito comprobado.
Ya desde el EP (“Texicali”) que servía como anticipo de lo que nos íbamos a encontrar en el disco largo se dejaba clara la evidencia de que el grupo tejano, recuperaba buena parte de su esencia (siempre en ese medio camino entre el blues y el hard rock) aunque convenientemente actualizados, marcado por un sonido abigarrado y contundente pero sin grandes excesos ni sobreproducciones.
Todo ello queda patente desde los primeros segundos de este disco, al sonar “I Gotsta Get Paid” donde aparece una guitarra guiada por ritmos clásicos de la banda pero con una distorsión que puede recordar incluso a White Stripes, sumado al tono desafiante de la, cada vez más rasposa y personal, voz de Billy Gibbons. "I Don’t Wanna Lose, Lose You” se desenvuelve por los mismos terrenos pero esta vez con un estribillo más rítmico y pegadizo. Esas mismas características, en un contexto más “limpio” en cuanto a sonido se refiere, se ponen de manifiesto en “Flyin High”, en la que sus riffs beben de las fuentes de otros míticos como AC/DC. Una canción que le acerca a a la propuesta que ofreció en el pasado su álbum“Eliminator”.
Pero si por algo se han hecho reconocibles los tejanos es por ese boggie sucio que toda su vida han practicado, y del que dan buena cuenta de ello en “Chartreuse” desplegando todo su talento y fuerza. Curiosamente, y sin solución de continuidad, aparece “Consumption”, que se convierte en el reverso “moderno” de la anterior, ampliamente producida en la que sobresale la profundidad de voz con la que está interpretada. Pasado y presente se dan de la mano en ambos temas.
Como buen grupo de los años 70, el blues está indefectiblemente en su ADN, y así se deja ver en “Heartache in Blue”, que, como el resto del disco, suena rugoso y violento como si de un Hound Dog Taylor de última generación se tratase. Pero no será la única representación obvia que tenga la música negra, también el soul, algo menos habitual en la banda, tiene su huequito, en esta ocasión con la lenta y sentida “Over You”. Ese lado más relajado le sacarán jugo también en "It’s Too Easy Mañana”, aunque en esta ocasión desde una visión muchísimo más rockera, dando vida a una ambientación densa casi de stoner rock.
ZZ Top no ha firmado con “La Futura” un disco perfecto, pero sí que ha servido para mostrar una cara realmente interesante, y no únicamente sustentada en la nostalgia, de una banda que parecía correr el riesgo de claro estancamiento en los últimos años. Ahora han logrado con acierto mostrar su sonido habitual con una presentación del mismo de una forma actual y que atraerá a muchos nuevos seguidores de los sonidos guitarreros.
Escrito originalmente para: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article41533