6 sept 2010

"No better than this". John Mellencamp, banda sonora para solitarios


KEPA ARBIZU


Hemos visto en los últimos tiempos como músicos veteranos que no vivían un momento especialmente boyante, ya sea en lo artístico o en lo promocional, han encontrado caminos que les han vuelto a poner en la actualidad además de obtener magníficos resultados, como por ejemplo ha sucedido con artistas de la talla de Johnny Cash o Kris Kristofferson.

El caso de John Mellencamp (conocido en otra época como John Cougar) quizás no sea exactamente igual pero sí que tiene en común que su carrera últimamente estaba algo estancada o por lo menos sin crear discos que destacaran especialmente. Pareciera como si el álbum “Trouble no more” (2003), dedicado a versionar a los clásicos, le hubiera marcado un nuevo camino que le “liberara” de ese rock de indudable estilo springstiniano y se centrara en buscar una música de raíces.

Esta idea ya estaba presente en “Freedom’s road” y sobre todo en “Life death love of freedom”. Su nuevo trabajo, “No better than this”, ahonda todavía más en esta idea y suena más clásico y descarnado todavía. Cosa posible entre otras cosas gracias a la colaboración, de nuevo, del prestigioso productor de sonidos americanos T-Bone Burnett, alcanzando esta vez más peso su labor y dejando su sello de manera más evidente, como muestra el hecho de que se haya rodeado de algunos de sus músicos habituales, entre los que destaca Marc Ribot (mano derecha de Tom Waits).

De la producción hay que destacar varios elementos que al margen del valor literario que puedan tener son elementos fundamentales a la hora de dar forma a un disco que desprende un ambiente nostálgico y añejo. Los lugares escogidos para la grabación son algunos de los más populares a lo largo de la historia del rock, los Estudios Sun de Memphis, la habitación 414 del Hotel Gunter de San Antonjo, donde Robert Johnson hizo sus primeras grabaciones y la First African Baptist Church de Savannah, Georgia. Además, se ha utilizado una grabadora de los años 50 y ha bastado un solo micrófono para recoger, en mono, la música tocada en directo.

Si a todo esto le sumamos el tono de voz curtido y profundo con el que interpreta John Mellencamp y la lírica que desprenden las canciones, casi todas emanan un tono de tristeza y pérdida muy fuerte, nos encontramos con un álbum que consigue trasladar al oyente a un mundo muy particular.

Desde el comienzo, por medio de un rock melancólico, (“Save some time to dream”), en la que destaca un tratamiento de la guitarra fabuloso y con ecos del sonido de Springsteen, nos encaminamos a un repaso por las esencias del sonido americano. Entre el blues y el country se mueve “A graceful fall”, con un fuerte componente nostálgico.

El lado más country lo explora en temas como “Right behind me”, sostenido por un violín espléndido que se torna casi en el instrumento principal. Más comedido aparece en “Don’t forget about me” y sorprendente suena en “The west end", con un punto canalla que recuerda a Tom Waits e interpretándola con un tono de voz rasposo y malhumorado.

Más dinámicas y movidas son “No better than this”, con un ritmo rockabilly, “Each day of sorrow”, rock and roll vibrante y puramente "cincuentero" y “Coming down the road”. Todas ellas podrían pasar perfectamente por grabaciones del mítico sello Sun records. Por el contrario, aparece sin casi acompañamiento, exceptuando su voz y guitarra, en temas como “Love at first sight”, “Clumsy ol’ world”, “Thinking about you” o “Easter Eve”, donde deja claro su facilidad para moverse en diferentes espectros de la música pero llegando siempre a la misma meta, la de sonar pleno de emotividad.

Muchas veces el uso de productos “vintage” o intentar rememorar otras épocas no suele conllevar consigo una recreación fiel o creíble de tiempos pasados. No es el caso del nuevo disco de Mellencamp, inmerso en la profundización de sus raíces y por ende del rock americano, donde consigue crear un trabajo atemporal y que con las escuchas se presenta como magistral, siendo sin duda de lo mejor editado este año.


Escrito originalmente para:
http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article18089