25 ago 2013

Crudo Pimento, sabrosa mezcla de puras raíces


KEPA ARBIZU

 Detrás del curioso nombre de Crudo Pimento se encuentra el dúo formado por Inma Gómez y Raúl Frutos. Este último un auténtico “todoterreno” del mundo de la música que ha ocupado casi todos los lugares y labores dentro del negocio, desde productor a integrante de bandas como Neuman o Ben Gunn Mento Band pasando incluso por su faceta de luthier. 

 Si puede resultar llamativo el nombre del grupo todavía más se hará dar el paso que conlleva escuchar su música. Se trata de un proyecto que se lanza a mezclar las raíces originales del blues con los tonos latino-caribeños. Pero que nadie se espere ningún “totum revolutum” habitual del llamado “mestizaje”, porque la manera de afrontar este reto es por medio de una manera minimalista y, si se me perdona la broma obvia, muy cruda. 

Como no podía ser menos el disco ha sido producido por el propio Raúl Frutos y grabado en su casa. Si a esto le añadimos el compromiso por sonar inmediatos, directos y sin ningún tipo de aditivo, el álbum sobresale, por encima de todo, precisamente en esa vertiente de sobriedad y pureza (sí, a pesar de la desacomplejada idea de mezclar influencias) que es la que logra que una arriesgada apuesta como ésta salga ampliamente airosa. 

 En este trabajo homónimo por lo tanto nos vamos a poder encontrar demostraciones de estilo como “Tic Tac Toc”, un blues polvoriento de raigambre clásica expresado con virulencia, casi como si de unos Guadalupe Plata se trataran; las apariciones country, llevando el legado de gente como Ramblin’ Jack Elliot por el lado más salvaje, de “Spices and Fear” o el slide que sobresale en el rural (Son House, Blind Lemon Jefferson…) “Feathers”. Ahondando todavía más en las raíces reconstruyen el ritmo, actualizado, de las clásicas canciones de trabajo de los esclavos negros en la breve “Patinan Work Song”, y por si eso fuera poco se sumergen en lo puramente tribal en “Macumba”. 

Según transcurre el disco y las canciones se van sucediendo, hay dos voces, fácilmente reconocibles por su atronadora fuerza y sentimiento, como son las de Tom Waits y Howlin’ Wolf que sobrevuelan buena parte del álbum, como se puede atestiguar en, por ejemplo, “Brand New Suit” o “Dream and Alcohol”. En el lado casi antitético, en las formas que no en la esencia, nos encontramos con experimentos “ruidistas”, a lo Bob Log III, en “Suffocation and a Bow”. 

Pero en este debut de los murcianos, como ya anticipé antes, también hay momentos para los ritmos latino/caribeños, y si por ejemplo en “La Fin du Monde” (Son Jarocho)” sirven solo de introducción para una composición todavía heredera de, en este caso, el gospel, tendrán un espacio mucho más protagonista en “Cumbia de Muertos”, por medio de una instrumentación eléctrica y oscura; bajo un sonido más tradicional en “Pipe Full of Palm Wine”, donde parecen tomar las enseñanzas de los últimos discos de Ry Cooder; mostrando su lado más reggae en “Mariana” o el más sabrosón de “Apio for Mingus”. 

Crudo Pimento se han decidido por hacer un disco realmente arriesgado (más todavía en estas latitudes), donde el blues primitivo, del que sacan toda su crudeza, ejerce de catalizador pero que no tiene reparos en encontrarse con otro tipo de sonoridades. El resultado es una mixtura de elementos, que a pesar de que pueda sonar extraño, tienen en la pureza y la sobriedad sus principales pilares, aquellos que logran crear un álbum realmente intenso, sorprendente y prometedor. 

Escrito originalmente para: http://tamtampress.es/2013/08/02/crudo-pimento-sabrosa-mezcla-de-puras-raices/