KEPA ARBIZU
El grupo vasco Audience es uno de esos secretos, demasiado bien
guardados, que tiene el rock hecho en el Estado. Recientemente han
editado su nuevo disco, “Big Affair”, que llegó precedido hace unos meses de un EP (“Mistress Games”)
que marcaba ya las directrices por las que ha transitado: un sonido
“americano” interpretado dentro de su particular y atractivo mundo
sonoro. Para adentrarnos de lleno en él nos ponemos en contacto con Ager Insunza, multi instrumentista y uno de los tres cantantes, junto a su hermano Gaizka y Hannot, que tiene la banda.
Antes de este disco, “Big Affair”, que acabáis de editar, sacasteis
hace unos meses el EP “Mistress Games”. ¿Fue lanzado a modo de aperitivo
o anticipo a este trabajo largo?
Ager: Sí, nosotros planteamos los dos trabajos como parte de
uno, como un proyecto. Por eso incluso las portadas; el tratamiento de
la imágenes es muy parecido, en uno aparece un tren desde el exterior y
en el “Big Affair” ya estamos en el interior, o los títulos: “Mistress
Games” es algo así como juegos de la andereño (maestra / profesora en
euskera), pero al mismo tiempo el “mistress” quiere decir algo como
amante, supone algo pequeñito y “Big Affair” algo ya más grande. Un
asunto grande pero también un rollo amoroso. Parte todo del mismo
momento creativo, son dos partes del mismo proyecto para nosotros.
Puede ser visto entonces como que uno es el primer paso del camino y el otro la llegada.
Ager: Sí, incluso si escuchas los dos podrían ser parte del mismo
LP, aunque creemos que el tratamiento del sonido es un poco más
externo. El primero lo hemos grabado en Garate, una canción en otro
estudio, y el LP en Hoboken con John Agnello. El tratamiento de sonido
es diferente pero lo que son las composiciones podrían ser del mismo
disco, hay una coherencia evidente entre los dos.
“Bigg Afair” confirma o mantiene esa evolución en vuestro sonido hacia uno que se podría decir más americano, ¿qué os ha llevado a ir recorriendo ese camino?
Ager: A nivel de sonoridad, el “Big Affair” es la primera vez que
dejamos la responsabilidad en manos de un productor, no lo habíamos
hecho nunca. Hasta el “Mistress Games”nosotros la habíamos tomado. Somos
bastantes celosos con nuestro sonido, no sé si es por complejos o
porque somos así, siempre hemos querido sonar muy natural, bastante
pequeñitos y esta vez íbamos con la idea de dejarle al productor toda la
cancha que necesitara. El cambio para nosotros ahí es evidente, a nivel
de sonoridad. Suena todo más grande. Bromeábamos porque en el estudio
Water Music, la clave Wifi era “siete grammys”, por los que han grabado
allí, y decíamos “vamos por el octavo”, asustados por nuestro nuevo
sonido.
A nivel de composición, con ese sonido americano que comentabas, no creo
que sea algo que busquemos o que estemos lanzados hacia un tipo de
música. Además tenemos algo de miedo a que se nos etique o encasille
como un grupo revival o como una copia de algo “americano”. Igual, con
Amerikanuak, se nos ha etiquetado con un movimiento, pero no estamos
muy de acuerdo con eso.
A pesar de ese sonido americano y las influencias de nombres clásicos que van desde Nick Cave a Randy Newman, pasando por Gram Parsons o los Stones, en el disco se sigue imponiendo un estilo propio de la banda, que yo diría que se basa principalmente en la intensidad que aplicáis a vuestras canciones. No sé si lo veis así...
Ager: Sí, nosotros sí que hablamos mucho de intensidades, es algo
que nos es bastante fácil conseguir en los conciertos y no tanto en los
discos. Ahí has acertado mucho con Randy Newman, es una de las pocas
veces que veo una influencia bastante evidente en un par de canciones.
El disco es un poco mas ecléctico, también somos tres los compositores,
tres los que cantamos e igual cada uno tira hacia su lado. Si que hay
influencias en canciones, de Randy Newman o los Stones. Si es verdad que
le damos mucha importancia a las dinámicas dentro de una canción , a
las intensidades.
Siempre habéis introducido algún tema en euskera en vuestros discos. En esta ocasión son dos: “Ez da txantxetan” y “Burdintzen”. ¿Hay alguna singularidad o diferencia cuando escribís en vuestro idioma?
Ager: Yo creo que evidentemente cuando escribes en un idioma que
dominas el tratamiento es diferente. Yo suelo decir que la mayor
diferencia es cuando la frase hace “clic” en cada idioma. En inglés es
muy diferente para encontrarla que cuando lo haces en euskera, que
dominas el idioma y los matices que puede tener. El inglés tiene un
trabajo añadido, incluso de documentarse mucho mejor a la hora de meter
una u otra.
Entiendo que ese “clic” del que hablas se produce en una zona más íntima en vuestro idioma...
Ager: Eso es, en tu idioma puedes llegar más lejos, para llegar a
esa misma distancia en el inglés necesitas mucho más tiempo,
documentarte e incluso consultar para asegurarte de que los matices que
quieres introducir no son una cagada, y eso cuesta más tiempo y es menos
natural.
Canciones como “Country of Tambourine” o “Protest” muestran un descontento por la situación social actual. ¿Este es un disco en parte influenciado por lo que sucede en la calle?
Ager: Si, al final siempre estás influenciado por lo que ocurre
alrededor. “Protest” y “Country of Tambourine” son dos partes de la
misma canción, con un enfoque distinto, pero tienen cierto ambiente de
canción protesta. “Country of Tambourine” sería una traducción chapucera
de país de pandereta. Con lo que vemos alrededor está claro de lo que
queremos hablar ahí.
“Burdintzen” es un tema con un sonido un poco más duro y violento que de alguna manera puede recordar a vuestros inicios. ¿Era un poco esa la intención?
Ager: Este es un tema de Hannot y si que se aleja un poco de los
restantes del disco. Nosotros durante el proceso lo llamábamos “la
blues”, es un blues pero retorcido de tal manera que parece otra cosa, y
sí que por el nivel de intensidad y lo visceral que es puede recordar a
nuestros primeros dos discos.
Una de las grandes novedades del álbum es el trabajo en la producción de John Agnello. ¿Llegasteis a Estados Unidos con las canciones muy trabajadas y con una idea muy clara del sonido que queríais tener?
Ager: Para nosotros ha sido un año muy intenso, éste ha sido un
proyecto que hemos planificado desde el principio, y viendo los
condicionantes y necesidades de publicar algo lo hicimos en dos etapas:
un EP y un LP. Cuando entramos en Garate a grabar el “Mistress Games” ya
teníamos más canciones de las que grabamos allí, hicimos una selección
de las que podían entrar en una fase inicial y otras en la segunda. De
todas maneras llegamos a Nueva York muy justos, en siete u ocho
canciones llegamos con las cosas medianamente cerradas y en tres o
cuatro bastante abiertas. A nivel de dejar trabajar al productor o hasta
qué punto éramos flexibles expresamente tomamos una decisión en grupo
de que le íbamos a dejar toda la cancha que necesitara a Agnello. Eso ha
sido algo visto claramente duramente la grabación. Por ejemplo él ha
decidido el orden de las canciones, nosotros nunca nos habíamos
planteado que alguien desde fuera tomara una serie de decisiones a nivel
de sonido, qué guitarra utilizar o cómo tratar las voces. Es sin duda
el disco en que más margen hemos dejado a una persona fuera del grupo.
Ager: No, no es casualidad. Para nosotros esto ha sido una
aventura. Nos surgió la oportunidad hace un año de hacer una intentona
de grabarlo allí, no es que desde un principio buscáramos a John
Agnello como el que mejor nos podía hacer esto. Gaizka grabó allí el
disco con Capsula de “Ziggy Stardust” y surgió la oportunidad, vimos que
era una buena excusa para entrar en una aventura así. A pesar de que se
nos cataloga con esa etiqueta de country, Agnello nos podía aportar
algo que buscábamos, sobre todo tratamiento vocal y el tema de ruidos,
cacharrería, pedales, distorsiones... pensando en referentes como Kurt
Vile, Lanegan, Dinosaur Jr. o Sonic Youth, aunque luego a la hora de
valorarnos desde fuera parece que no se nos aprecia esa línea. Nos
pareció que todo encajaba para entrar en esta aventura. A nivel
económico o logístico ha sido algo tremendo, de ahí también el nombre
de “Big Affair”.
Hace unos años habéis grabado la banda sonora del documental
“Amerikanuak”. Desde fuera parece muy diferente el hecho de componer
canciones que tienen que seguir un argumento ajeno y de alguna manera
unas imágenes frente a un disco propio, ¿es así?
Ager: Sí, es muy diferente, aunque se ve sólo el trabajo de
“Amerikanuak” sí hemos tenido antes y después una serie de encargos. A
nivel de composición es bastante diferente hacerlo para unas imágenes.
La historia estaba ya ahí, aunque se le dio mucha importancia a nuestra
música. Es un documental que muestra muchos paisajes, emociones que se
repiten una y otra vez: soledad melancolía... eso te lleva a componer
de una manera en la que hay que controlar los ritmos, las canciones
tienen que estar más medidas y seguir una narrativa.
¿Esa forma de trabajar diferente os ha aportado alguna enseñanza para
discos posteriores o lo tomáis como un paréntesis claramente
diferenciado de vuestros discos?
Ager: No, de hecho ahora estamos metidos en el nuevo proyecto de
la misma productora, Berde Produkzioak, están haciendo un documental
sobre la historia de la cesta punta, tomando como línea argumental la
vida de un zestalari de principios del siglo XX que vivió en Cuba, en
México... aunque parece que va a ser difícil que se estrene en el
Zinemaldia del 2014 e igual será en 2015. Hemos aprendido mucho con
“Amerikanuak”, tuvimos una buena visión de llevarlo en directo, hicimos
20 conciertos en buenas salas en toda Euskal Herria y salimos a Mallorca
y Sevilla con este show. Fue un espectáculo muy exigente a nivel
técnico, tema de luces, íbamos con pinganillos... para nosotros era una
superproducción. Ese aprendizaje a nivel de sonorización lo hemos
llevado al concierto normal, donde sacamos también audiovisuales.
En la banda cantáis tres de los integrantes, Hannot, Gaizka y tú. ¿Qué crees que aporta eso a vuestro sonido?
Ager: Nosotros creemos que somos un grupo que no estamos muy
encorsetados ni a nivel de sonido ni de composición, escuchas un disco
nuestro y no es algo repetitivo, al final hay diversidad. No sé si a
nivel de marketing es buena idea que haya tres cantantes y no haya una
figura líder, supongo que eso va en contra de los principios
comerciales, pero nos sentimos cómodos así y vemos el grupo como un
espacio en el que cada uno puede aportar lo que quiera y no miramos si
alguien canta más o ese tipo de celos. Por la idea que tenemos de grupo
hacer esto es positivo.
A lo largo de los más de 10 años de carrera que lleváis habéis tocado
en los grandes festivales del Estado: Primavera Sound, el FIB, el
Azkena, ¿han supuesto, al margen de la gratificación artística de tocar
junto a otras grandes bandas, una manera de acceder a un público
mayor?
Ager: En los grandes festivales hemos tocado hace mucho, fue una
época bastante intensa donde se sucedieron dos discos: “Some Lovely
Hands On Dry Skins” y “Second Handed”. No sé qué decirte respecto a
llegar a un publico más grande. En esa época ganamos varios concursos
pero nunca hemos sido un grupo de masas ni que hayamos buscado, ni
encontrado, dar un pelotazo. Siempre hemos tenido, en cada sitio que
hemos estado, un grupo reducido de gente que es muy seguidora de lo
nuestro más que mucha a la que le puede gustar o no. Siempre hemos
encontrado gente muy afín a nosotros que se interesa por lo que hacemos
pero un grupo reducido de ella.
Pienso sobre todo en la posibilidad de llegar a gente que igual con
el disco no es posible. Por ejemplo vuestra actuación en el Azkena hace
tres años creo que sirvió en parte para eso...
Ager: No es una cosa que controlemos, siempre hemos visto
fluctuaciones. Sacamos un disco y la critica nos trata bien, la gente se
fija en nosotros, se acerca, cree que somos un grupo nuevo y no había
oído nada de nosotros. Me imagino que somos un desastre a nivel de
marketing y cualquiera nos diría cómo hay que tratar la marca Audience y
que hacemos todo al revés. Hacemos las cosas como podemos, nunca hemos
percibido que esto vaya a salirse de madre y que vaya a gustar a mucha
gente, la que tenemos es muy aficionada, critica con la música, espera
de nosotros un discurso coherente. Tenemos un publico que nos sigue de
gran calidad pero no cantidad.
Eso quizás se demuestra en detalles como que vuestras ventas del nuevo disco mayoritariamente sean en formato vinilo.
Ager: Eso es así. En los “preorders” de este “Big Affair”, el
“Mistrees Games” era un híbrido entre vinilo y CD, sí que ha habido una
mayoría de vinilo. Sabemos que es imposible que eso se mantenga, pero
vemos que la gente que nos sigue sabe valorar el producto con cierta,
vamos a decir, calidad.
Creo que es algo lógico viendo el tipo de música que tocáis.
Ager: Yo he hecho la prueba, no con el “Big Affair” sino con “A
Shake in Calm Water”, de sincronizar el vinilo y el CD. Y bueno... cada
uno tiene sus peculiaridades. El CD tiene un sonido más cristalino, en
medios y agudos es más nítido y puedes diferenciar más las cosas, pero
los graves-medios del vinilo a nivel de grano yo no los he conseguido
alcanzar en la ecualización. Se podría hablar mucho de soportes y
formatos, yo he oído que las grandes empresas van a dejar de producir
CDs en tres años. No sé si publicar en vinilo es cosa de nostalgia o si
se puede defender a nivel técnico. A nivel mercado sabemos que es un
suicido porque nos cuesta más producir 500 vinilos que 2000 CDs,
sabiendo que no los vamos a vender nunca, pero ahí está y todavía
entendemos que debe de tener su sitio. A nosotros nos gusta comprarlos
así que nuestros propios trabajos salen en vinilo.
Publicar en ese formato es algo de militancia y de defensa de una forma de escuchar música.
Ager: Sí, yo creo que si, cada soporte tiene su valor y el vinilo sin duda sigue teniendo su vigencia. No es lo mismo la sensación, la experiencia de comprar un vinilo con su tamaño, abrirlo, la liturgia de pincharlo, que poner un CD o descargarte un disco por internet. Pero tenemos que ser abiertos a todo eso. Hace sólo 130 años que fue la primera grabación de sonido, el vinilo se inventó hace ¿70?, el LP ¿50? el CD ¿30?, no podemos pensar que dentro de 100 años puedan existir los vinilos. Hay que hacer los dos ejercicios: saber valorar lo que ha existido y entender lo que viene.
¿De ahí que el “Mistress Games” se presentara en todos los formatos?
Ager: Eso era un juego, el nombre lo dice, ofrecer algo en CD,
vinilo y descarga. Para escucharlo entero tenías que utilizar los tres
soportes, porque la de vinilo era inédita y la de descarga tampoco
estaba en los otros dos. Era un juego para que el consumidor de música
pudiera valorarlo en base a la experiencia de cada soporte.
Escrito originalmente para: http://www.elgiradiscos.com/2013/12/entrevista-audience.html