KEPA ARBIZU
No hay forma más perfecta de evolución para una banda, en cuanto a su valor artístico, que la que se produce paso a paso y de forma paulatina. Blackberry Smoke ha seguido esa pauta a rajatabla. Aunque de una carrera no demasiada extensa, sus nuevos discos han supuesto siempre un adelanto evidente respecto a su predecesor. Con la llegada de este “The Whippoorwill”, su tercer trabajo largo, consiguen postularse definitivamente como uno de los grupos referentes del actual rock sureño.
Aunque en su primera grabación se descubría la predominancia del rock duro, en su posterior disco “A Little Piece of Dixie” apuntalaron lo que hoy en día parece ser su estado ideal, un sonido potente pero abierto a las influencias de las raíces norteamericanas y conjugando a la perfección esa furia habitual con medios, o lentos, tiempos.
Para la producción de este recién editado disco han juntado las fuerzas los propios integrantes del grupo, Matt Mangano y miembros de Zack Brown Band. Una mezcla que da como resultado un disco que desprende aroma de puro rock americano. Algo que queda patente desde el primer tema, “Six Ways to Sunday”, donde los riffs tienen una esencia sureña a la que se suma un piano que imprime una ambientación Honky tonk. Una mezcla que crea un espacio intermedio entre Faces y Allman Brothers.
Pero ese definitivo paso hacia adelante del que hablaba al principio se produce en su total dominio de los medios tiempos, que en este álbum son muy numerosos y variados. “Pretty Little Lie” o “One Horse Town” toman un camino country-rock melancólico, con la voz de Charlie Starr en una explendida condición (otro de los elementos que no dejan de mejorar en cada grabación) que bebe por igual de sonsgwriters como John Hiatt o de grupos habituados a estos terrenos como Reckless Kelly. La romántica “The Whippoorwill” se desliza sigilosamente hacia terrenos soul, con una presencia cada vez más patente de los teclados, cosa que termina de explotar en la excepcional y emocionante “Up the Road”.
Una banda de rock sureño, y que además se alimenta de ciertos toques de música negra, es casi imposible que pueda escapar de la influencia de The Black Crowes, y no cabe duda de que los norteamericanos son buenos alumnos de los “cuervos”, tal y como queda patente en la épica “Ain’t Much Left of Me”, en “Crimson Moon” y su inicio con esencia de Led Zeppelín, o en la rítmica “Lucky Seven”, donde se empieza a apreciar el paso que se hace el blues, algo que termina de cuajar en “Everybody Knows She’s Mine”, otra exhibición vocal de su cantante que se mete de lleno en ese terreno pendenciero tan típicamente “stoniano”, o en la similar “Ain’t Got the Blues”. “Leave a Scar” saca la cara más potente de la banda acelerando un ritmo típicamente country.
“The Whippoorwill” es el disco más conseguido y perfecto de Blackberry Smoke. Han logrado perfeccionar todos sus aspectos y su rock sureño guitarrero abierto a diversos matices y variadas sensibilidades dan un resultado final extraordinario. No es de extrañar, por lo tanto, que estén instalados en la zona más alta de este tipo de sonidos.
Escrito originalmente para: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article40595