2 sept 2014

“We Will Reign”, The Last Internationale. Blues-rock de puño en alto


KEPA ARBIZU

 La imagen de músicos participando activamente en manifestaciones o protestas ciudadanas nos lleva casi inconscientemente a ubicarnos en décadas pretéritas. Pero no siempre es así, por ejemplo no es raro ver a Delila Paz y Edgey Pires, dúo creador de The Last Internationale, tomando parte con sus guitarras en concentraciones organizadas en su país, Estados Unidos. Y es que estamos ante una banda que tiene como parte esencial una actitud airada y reivindicativa, tomando así el relevo, también en parte de lo estrictamente musical, de una serie de intérpretes que resaltaron por su compromiso social.

 Su nuevo disco, “We Will Reign”, por si fuera necesario todavía exaltar más su condición militante, ha contado con la colaboración “ejecutiva” de Tom Morello, miembro de una de las últimas grandes bandas políticas como era Rage Against the Machine y actualmente figura representativa de la izquierda musical norteamericana. Además, la producción ha corrido a cargo de Brendan O’Brien, un dato este sí relevante en cuanto a sus consecuencias. Como es habitual en el que ha sido colaborador en los mandos de gente como Pearl Jam, AC/DC o Bruce Springsteen entre otros muchos, opta por recrear un sonido rotundo pero muy limpio y de alguna manera accesible, lo que en esta ocasión se ha manifestado limando algo todo ese mejunje de influencias (desde el folk al punk pasando por el rock and roll) que había demostrado el grupo, hasta situarlo, en general, en un blues-rock contundente y rítmico.


Para verificar esta idea nos vale con acercarnos al primer tema del disco, “Life, Liberty and the Pursuit of Indian Bloood”, en el que se deja ver la influencia de la PJ Harvey más directa y que se convierte a la postre en una bofetada guitarrera, con su dosis de angustia, de enjundia. Siguiendo esa misma estela estilística, “Killing Fields” se adentra en el hard rock construyendo unos riffs abrasivos, que nos llegan a recordar a los anteriormente mencionados RATM, no obstante el batería que se ha unido al grupo es Brad Wilk, integrante de la banda citada. “Fire” sigue desarrollándose sobre la base de sonidos negros pero esta vez a través de un medio tiempo que opta por la épica, algo de lo que también hará ostentación la más envolvente, acercándose a los Jefferson Airplane, pero todavía pegadiza, “We Will Reign”. Ambas logrando un resultado notable.

 De una manera más o menos obvia las raíces del sonido americano más clásico también se abren paso, o como mínimo dejan algunas pistas, en “Wanted Man” , donde se puede intuir ese tono recitativo de Joan Baez llevado hacia un contexto mucho más rockero, o en el rock and roll setentero más incisivo y salvaje que se manifiesta con dureza en “1968”. El sonido folkie también dejará su impronta, de una forma algo almibarada en “Battleground” , mientras que en la acústica“Devil’s Dust” o en la profunda “I’ll Be Allright” lo hará de manera más fidedigna, aunque siempre bajo ese estilo característico de la banda pegadizo y actual. 

The Last Internationale pretende ser una acumulación de músicas pasadas y sobre todo empapadas de denuncia social, que incluirían desde Woody Guthrie al espíritu punk o MC5, presentadas en un envoltorio actual y rabioso. La voz y carisma de Delila, clamando principalmente contra la alienación, llamando a la revolución, o recordando a los explotados, es una muy buena carta de presentación, pero es cierto que la evolución que la banda está mostrando va encaminada hacia un estilo más directo, apoyado principalmente en ese blues rock energético y asequible, eliminando los matices provenientes de los sonidos de raíces, algo que desde el principio se atisbaba con claridad en este proyecto. A pesar de eso, su energía, rabia, junto a su desenvoltura en este contexto musical les confiere un empaque y una frescura que no debería de impedirles ser una perfecta banda sonora para unos tiempos convulsos y de su lógica, y necesaria, respuesta ciudadana.